ESTRELLAS FUGACES
ESTRELLAS FUGACES
Un manto gris ha cubierto la ciudad, en lo profundo de la noche se escucha el sonido del silencio que traen recuerdos como estrellas fugaces vienen desde el olvido, y con ellas los momentos gratos que quedan grabados en la memoria de aquel hombre observa detrás del ventanal el cielo plomizo que anuncia lluvia fría noche la de este invierno, el individuo su cuerpo surcado por arrugas la mochila de los años han encorvado su espalda el crudo invierno de ese tiempo ha echo lo suyo siente frío y se adentra al dormitorio.
Se acuesta en la cama pero su pensamiento divaga no puede conciliar el sueño, los duendes traviesos traen recuerdos y los recuerdos se amontonan cree que le queda poco tiempo para acordarse de todos aquel cuando niño jugaba con los amigos, sus veloces zapatillas azules sus primeros pantalones largos la escuela primaria la señorita maestra la escuela secundaria, los compañeros de ese viaje maravilloso a través del tiempo fugaces momentos entrecierra los ojos y se duerme.
Que sueña nuestro personaje nunca lo sabremos solamente los duendes de la fantasía alcanzarían a saber parte de ese sueño son ellos los que atraviesan sus sueños, llegan a ellos los tiempos lejanos cuando un día de domingo entró al conventillo, sobre un piso de ladrillo ese patio adornado con macetas con patas de piedra y el colorido de sus flores, siguiendo un par de ojazos negros buen bailarín se destacaba en la milonga dominguera eran famosas sus corridas y saltó para el centro
Los tiempos corren veloces se escurren entre los dedos de la mano sus trasnochadas noches entre el humo del cigarrillo y las copas de licor han echo mella en su cuerpo, hoy es ese individuo que desde su balcón les habla a las estrellas fugaces tan fugaces como su misma vida.
alejandro caplan.
Los tiempos corren veloces se escurren entre los dedos de la mano sus trasnochadas noches entre el humo del cigarrillo y las copas de licor han echo mella en su cuerpo, hoy es ese individuo que desde su balcón les habla a las estrellas fugaces tan fugaces como su misma vida.
alejandro caplan.
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